La mayoría de los temas que Varo trató durante su etapa mexicana, el
proceso transformativo de la alquimia, la magia, lo oculto, el poder creador de
la mujer y su relación con la naturaleza. La relación tan especial entre la
mujer y el gato, fueron materias de conversación y experimentación durante las
reuniones diarias de Varo y Carrington.
Estas amigas compartían una fascinación por ese tipo de investigaciones que iba mucho más allá de sus inventos culinarios y recetas absurdas; llegaron, incluso, a estudiar seriamente la biografía relacionada con lo sobrenatural. Se reunían con frecuencia en el estudio de Carrington para inventar y desarrollar un lenguaje visual y oral, con el que explorar en el proceso creativo como parte de su búsqueda espiritual.
A pesar de que México protegía oficialmente a un gran flujo de
inmigrantes intelectuales y artistas, se estableció cierta distancia entre
ellos y algunos artistas natales, como Diego Rivera y Frida Kahlo, quienes,
comprometidos con la cultura indígena, rechazaban la invasión e influencias de
las vanguardias y sobre todo del surrealismo. Por eso, los extranjeros formaron
una comunidad unida en la que se ayudaban unos a otros.
Remedios Varo consiguió ser aceptada entre los artistas natales
por su obra fantástica que recordaba las raíces indígenas, en las que
cohabitaban monstruos y seres fantásticos con los que identificaban la obra de
nuestra artista.
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